Como las grandes industrias químicas "disponen" sus residuos

La disposición negligente de tambores metálicos de gran capacidad, como los utilizados en la industria química, está generando una preocupante problemática ambiental. En un escenario donde la conciencia sobre la sostenibilidad debería primar, algunas empresas optan por prácticas irresponsables en la gestión de estos residuos peligrosos.

En lugar de seguir los protocolos adecuados para el reacondicionamiento, lavado y disposición final de estos tambores, muchas compañías prefieren el lucro económico inmediato. Vendiendo o incluso regalando tambores  que han usado en sus procesos que aún contienen sustancias peligrosas adheridas a dichos envases, estos actores del mercado desatienden por completo las normativas ambientales. 

Los venden a empresas reacondicionadoras de tambores para obtener un ingreso, cuando son ellos los que deberian pagar para que las reacondiconadoras de tambores con sustancias peligrosas se los recojan en las instalaciones y previa inspeccion de la hoja de seguridad de la sustancia  le den una optima disposicion y les factures un servicio basados en la caracterizacion de la sustancia impresa en la hoja de seguridad.

Es como si nosotros vendieramos la basura en vez de pagar para que nos la recojan, debemos pagar por que es esencial para mantener nuestras ciudades limpias y saludables, las razones por las que se cobra por este servicio y no al reves son : Costos operativos: Recoger, transportar y procesar la basura implica costos significativos. Estos incluyen el mantenimiento de los vehículos de recolección, el combustible, los salarios de los trabajadores, y las instalaciones de procesamiento y disposición de residuos.Salud pública: La recolección regular de basura ayuda a prevenir la acumulación de desechos, lo que puede causar problemas de salud pública, como la propagación de enfermedades y la contaminación del agua.Protección del medio ambiente: El manejo adecuado de los residuos ayuda a minimizar el impacto en el medio ambiente. Esto incluye la reducción de la contaminación del aire y del agua, y la limitación de la cantidad de residuos que terminan en los vertederos. Reciclaje y compostaje: Algunos servicios de recolección de basura también incluyen el reciclaje y el compostaje, que ayudan a reducir la cantidad de residuos que van a los vertederos y a crear productos útiles a partir de los desechos, este servicio es crucial para mantener nuestras comunidades limpias, saludables y sostenibles.

Ahora bien las empresas productoras de químicos estan vendiendo sus tambores de 55 galones impregnados de sustancias peligrosas a compañías que no disponen de los residuos de manera segura y respetuosa con el medio ambiente, nos encontramos enfrentando con problemas de contaminación y riesgos para la salud pública.  Los datos nos dan la razon, una de las empresas reacondionadora de tambores mas grandes de Colombia y con sede administrativa principal en LA ESTRELLA ANTIOQUIA  es la mayor compradora de tambores con sustancias peligrosas se ubica cerca de los rios Bogotá, Cauca, Medellín, Magdalena en Barranquilla y la Bahia de Cartagena, en todos los lugares ha sido encontrada en flagrancia  vertiendo sustancias peligrosas a los cuerpos de agua, por ello le han impuesto desde el año 2006 sancionatorios ambientales por presuntamente haber contaminado en todos los sitios antes descritos. https://www.semana.com/nacion/cartagena/articulo/en-cartagena-tres-empresas-fueron-cerradas-por-presuntamente-contaminar-cuerpos-de-agua-en-mamonal/202315/

https://caracol.com.co/2023/03/14/cierran-temporalmente-tres-empresas-por-contaminar-cuerpos-de-agua-en-mamonal/

La historia de esta empresa es reveladora de un preocupante fenómeno: a pesar de enfrentar múltiples sanciones ambientales, su desempeño económico no se ha visto afectado en lo más mínimo. En los últimos diez años, ha logrado facturar más de $200 mil millones de pesos (USD 50 millones de dólares), con un EBIT que supera los $24.000 millones de pesos (USD 6 millones de dólares). Estas cifras son un claro indicio de que, para esta entidad, las multas y las regulaciones ambientales son simplemente un obstáculo menor en su búsqueda de beneficios económicos.

El hecho de que la empresa haya acumulado más de siete sanciones ambientales, algunas de las cuales aún están en curso después de varios años, sugiere una alarmante falta de aplicación de la ley por parte de las autoridades competentes. Estas sanciones, que podrían alcanzar hasta 20 años de prescripción, parecen no haber tenido ningún impacto significativo en el comportamiento de la empresa.

Una visita a sus instalaciones en Barranquilla-Soledad, Atlántico, pone de manifiesto la flagrante violación de las normativas ambientales, a pesar de contar supuestamente con licencias para operar. Incluso para un observador inexperto en temas ambientales, las infracciones son evidentes, lo que plantea serias dudas sobre la efectividad de las medidas de cumplimiento y supervisión ambiental en Colombia.

Lo que es aún más preocupante es la complicidad aparente de otras grandes empresas, como un fabricante de pinturas de Antioquia con dueños holandeses, que continúan siendo clientes y, al hacerlo, se convierten en cómplices de estas prácticas ambientales cuestionables. Este oscuro entramado de intereses económicos deja en entredicho los valores de sostenibilidad y responsabilidad corporativa que estas empresas proclaman.


¿Dónde radica el beneficio en este panorama desalentador? Las empresas químicas parecen haber encontrado una lucrativa fórmula al vender tambores impregnados de sustancias peligrosas a precios irrisorios, alrededor de CO$20.000 (USD 5). Esta estrategia les permite deshacerse de sus residuos sin incurrir en costos adicionales por una disposición responsable y legal.

En contraste, las empresas reacondicionadoras que operan dentro de los límites de la ley se encuentran en una situación desventajosa. Cobrar CO$40.000 (USD 10) o incluso CO$60.000 (USD 14) por el reacondicionamiento adecuado y la disposición segura de estos tambores se convierte en una propuesta poco atractiva para las compañías que buscan reducir costos a expensas del medio ambiente y la salud pública.

Esta disparidad de precios refleja una problemática más profunda en el sistema económico, donde el beneficio económico a corto plazo prevalece sobre consideraciones éticas y ambientales a largo plazo. Es fundamental repensar este modelo y establecer incentivos adecuados para fomentar prácticas empresariales responsables que protejan tanto el medio ambiente como la salud de la población.

Cuando hablamos que una compañia por ejemplo de pinturas que debe disponer 2000 tambores al mes y recibe $40 millones (usd 10.000) por la venta de residuos en tambores metalicos, no va a querer perder ese beneficio. Sabe que si actuara de buena fé le tocaria pagar para una correcta disposición un valor medio de $100 millones por tal cantidad es decir (uds 25.000) al mes para nuestro ejemplo.

Para los reacondicionadores de tambores contaminados, la situación actual es un verdadero paraíso. La venta de estos recipientes a precios irrisorios es vista como una oportunidad única, especialmente dada la falta de supervisión tanto de las autoridades ambientales como de las propias empresas que generaron los residuos. Esta situación se ve agravada por el conocido grado de corrupción que permea a las corporaciones autónomas regionales en Colombia, una problemática arraigada desde hace décadas.

Sin ningún tipo de control efectivo, los reacondicionadores operan prácticamente sin restricciones, pudiendo disponer de estas sustancias peligrosas de manera ilegal, incluyendo vertidos y quemas indiscriminadas. Posteriormente, tras una apariencia de "reacondicionamiento", estos tambores reciclados salen al mercado como recipientes de segundo uso, a un precio promedio de $60.000 (USD 15), generando ganancias para todos los involucrados a expensas de los derechos fundamentales de la población y el medio ambiente.

Este lucrativo negocio, basado en la impunidad y el desprecio por las regulaciones ambientales, plantea serias preocupaciones sobre la seguridad pública y el bienestar ambiental. La falta de supervisión y aplicación de la ley permite que estas prácticas nocivas continúen prosperando, poniendo en riesgo la salud y el entorno de las comunidades locales. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para abordar esta situación y garantizar que se respeten los estándares ambientales, protegiendo así a las personas y al planeta de los daños irreparables.

Dicen la abuelas que el diablo esta en los detalles, hablemos de numeros para saber cual es el costo de un tambor en manos de un reacondiconador claro, incluyamos también los costos administrativos y de ventas. (*) valores pormedio tomado de bases de datos de supersociedades Col en compañias que se dedican al reacondicionamiento de tambores metálicos

  1. El costo tota

Costo total = Precio de compra tambor con residuos + Costo de mano de obra + Costo de pintura + Costos administrativos y de ventas

= $20,000 + $2,000 + $2,000 + $8,000

= $42,000  (usd 10,2)

2. Calculando la diferencia entre el precio de venta y el costo total para encontrar la utilidad:

Utilidad = Precio de venta - Costo total

= $60,000 - $42,000

= $18,000  (usd 4,5)

3. Calculando el porcentaje de utilidad sobre el costo total:

Porcentaje de utilidad = (Utilidad / Costo total) * 100%

= ($18,000 / $42,000) * 100%

≈ 42,8%

Por lo tanto,  la utilidad es aproximadamente del 42,8%. por un tambor de 55 galones producto de un delito ambiental beneficiando tanto al vendedor como al comprador, ya que no incluyen los costos reales de disposición de residuos ya que no lo contemplan en sus costos de operacion.

El dilema de los tambores químicos: Un oscuro círculo vicioso de irresponsabilidad ambiental

En el corazón de la industria química, se está desarrollando un preocupante esquema que amenaza no solo el medio ambiente, sino también la integridad del mercado y la salud pública. Este intrincado problema comienza con productores de productos químicos que, conscientes de las regulaciones ambientales laxas y de la falta de supervisión, venden  tambores contaminados a reacondicionadores a precios irrisorios.

Para estos reacondicionadores, la oportunidad de adquirir tambores baratos, aunque contaminados, resulta irresistible. A pesar de que la ley dicta que los productores químicos deben garantizar una disposición adecuada de los residuos, optan por la ruta más fácil y rentable: la venta de tambores  perdiendo de vista la huella final ambiental.

Tras llegar a manos del reacondicionador, los tambores experimentan una transformación turbia que pasa desapercibida para muchos. En lugar de una disposición adecuada de los residuos, los tambores son sometidos a un proceso de limpieza y luego revendidos, sin que se revele como se hizo la disposición de su contenido ni su costo.

Cualquier inspector competente que observe el proceso pronto descubrirá que los residuos no son tratados de manera responsable, sino que son simplemente "ocultados bajo el tapete", figurativamente hablando. Estos tambores reciclados, a menudo, encuentran su camino de regreso al mismo productor químico que inicialmente los suministró, todo a precios sorprendentemente bajos.

Este ciclo de operaciones aparentemente lucrativas cierra un círculo vicioso de irresponsabilidad ambiental que se perpetúa en el oscuro submundo del comercio de tambores químicos. La falta de transparencia y ética en este proceso socava la integridad del mercado y amenaza la salud de nuestro planeta. Es crucial que se tomen medidas urgentes para detener esta práctica dañina y promover una gestión responsable de los residuos químicos.

Sin embargo, los verdaderos perjudicados son múltiples. En primer lugar, los competidores de tambores reacondicionados que cumplen con las regulaciones ambientales se ven en desventaja, ya que los precios bajos de los tambores contaminados hacen que sus productos parezcan prohibitivamente costosos en comparación.

La competencia desleal en el mercado de tambores no solo afecta a los reacondicionadores que cumplen con las regulaciones ambientales, sino que también impacta negativamente a los fabricantes legítimos de tambores nuevos. Estos últimos se encuentran en una situación precaria, enfrentando precios hasta tres veces más altos que los tambores reacondicionados, que operan al margen de las leyes ambientales.

Sin embargo, es importante destacar que esta disparidad de precios no refleja necesariamente la diferencia en los costos de producción. Los fabricantes legítimos de tambores nuevos incluyen en sus precios los costos asociados con la disposición adecuada de los residuos, lo que aumenta su costo de producción. En contraste, los reacondicionadores que incumplen las leyes ambientales evitan estos costos, lo que les permite vender sus productos a precios considerablemente más bajos.

Esta distorsión en el mercado no solo perjudica la reputación de los fabricantes de tambores nuevos, haciéndolos parecer caros en comparación, sino que también socava la integridad del mercado en su conjunto. Es esencial que se tomen medidas para abordar esta competencia desleal y garantizar que se apliquen rigurosamente las regulaciones ambientales, protegiendo así tanto a los consumidores como al medio ambiente.

Contaminación en Tambores de 55 galones

En este espacio exploraremos a fondo el problema de la contaminacion causada por tambores metálicos o plasticos de 55 galones que han contenido sustancias peligrosas. Aquí encontrarás información relevante, investigaciones, historias impactantes y soluciones prácticas para abordar este desafio ambiental.

Opiniones de clientes

Excelente contenido, me ha ayudado mucho a entender los problemas de contaminación en tambores y cómo solucionarlos.
Muy interesante y útil. Me ha permitido tomar acciones para reducir la contaminación en mi industria.

Testimonios